EL HALCÓN MALTÉS

Realizada esta película pocos meses después de Ciudadano Kane, de Orson Welles, El halcón maltés, de John Huston, también es un film de introducción de género que ya contiene la esencia de una entera filmografía; pero, bien visto, solo comparte con su ilustre precedente la inclinación por los encuadres tomados desde abajo, por los techos que aplastan a los personajes, prisioneros de escenografías inexorablemente claustrofóbicas. Por lo demás, las dos películas citadas (y los dos realizadores) se colocan decididamente en las antípodas; por una parte, el cine de autor; por otra, el cine de género; por un lado, el ímpetu expresionista de un creador que construye el mundo a su propia imagen y semejanza y, por otro, el narrador que elige los encuadres, los espacios escenográficos y los tiempos de su permanencia en la película únicamente en función del relato y de los personajes, definiendo a éstos sobre todo a través de los diálogos apremiantes.

A los treinta y cinco años de edad (1906-1941), y a sus espaldas un padre gran actor, con pocas experiencias teatrales y una ya brillante carrera de guionista (Jezabel, El último refugio, El sargento York), John Huston debuta detrás de la cámara con un film basado en una novela de Dashiell Hammett, (de la cual la Warner Bros adquirió los derechos y llevada a la pantalla sin mucho éxito por Roy del Ruth en 1931 y William Dieterle en 1936).

Con trescientos mil dólares de presupuesto total (menos del importe por el que en 1994 fue vendidas por la Galería Christie las estatuilla de plomo y bronce que aparece en la película y que le da título) y ocho semanas de rodaje en estudio.

Actores consolidados como George Raft, Ann Sheridan y Geraldine Fitzgerald rechazaron ser los protagonistas, pero Huston prosiguió su proyecto, inventando un futuro para Humprey Bogart, que casi contemporáneamente se afirmaba como protagonista de su film El último refugio, extrayendo a Mary Astor de sus éxitos radiofónicos, aportando a la historia del film noir un actor de la experiencia de como Peter Lorre y ofreciendo la ocasión de vida cinematográfica a otros dos actores de teatro: el pequeño Elisha Cook Jr y el corpulento Sydney Greenstreet.

El halcón maltés también es el testimonio del puesto central que ocupa el actor en todo el cine de John Huston, quien hace con sus intérpretes largos ensayos de tipo teatral, llevándolos a hacer propios los muchos y complejos diálogos del guion, me atrevería añadir, y amalgamando los tonos con el ritmo apremiante de una recitación teatral capaz de conjugar el realismo de las situaciones narrativas con lo abstracto de su desarrollo interno.

Este film de John Huston es justamente considerado una piedra fundamental en la historia del cine “negro” hollywoodiense: después de él, el género ya no pudo ser el mismo y vio abrirse ante él los mejores años de su existencia. He aquí, entonces, cómo triunfaron, en el más brillante blanco y negro, unos protagonistas capaces de conjugar en ellos romanticismo y cinismo; he aquí cómo la acción se definió en el juego de las sombras y luces; he aquí, asimismo, la tensión ética de las confrontaciones dd la vida empujada hasta el límite de la obsesión existencial.

El estar y el aparecer, lo verdadero y lo falso, el amor y el egoísmo; es por medio de estas coordenadas especificadas por tales contraposiciones como se definen las situaciones y los personajes de El halcón maltés y, por extensión, también los mejores films noir de las décadas de los cuarenta y cincuenta.

Huston, en su conducir este juego de opuestos, exalta desde el principio us mejores cualidades como realizador, intérprete fiel del aparato narrativo, acercándolo al del guionista (casi siempre el mismo), al que da vida mediante una meticulosa dirección de actores y la elección esencial de las ambientaciones. 

¿Por qué defino de claustrofóbico este film?. Porque Huston prefiere los interiores (el despacho de Sam Spade y su apartamento; el vestíbulo y la habitación del hotel de Gutman, raramente un corredor, o fugazmente una calle) y los encuadres muy próximos, dentro de los cuales los personajes definen, entrecruzan o separan sus existencias en un continuo alternarse de sinceridad y mentira, construido sobre la dialéctica entre la palabra y el cuerpo, entre la pasión y la inteligencia (la sonrisa satisfecha de Humprey Bogart después de su ira verbal en el transcurso de su primer encuentro con Sydney Greenstreet, luego transformada en el empastar de la voz y el nublarse la mirada a causa de la trampa con somnífero en la que el detective privado cae en siguiente encuentro). Nació así un estilo en Hollywood con un nuevo realizador que atravesaría la historia del cine durante casi cincuenta años, hasta la muerte (Dublineses) en 1987.

Una curiosidad en El halcón maltés: el socio de Sam Spade, Miles Archer, se hace matar con una sonrisa en los labios en una sórdida y obscura Bush Street. 

Vicente Montejano Conejero

EL QUE DEBE MORIR (CELUI QUI DOIT MORIR)

Ayer volví a ver EL QUE DEBE MORIR (Celui qui doit morir) de Jules Dassin (1957). Un film con un casting interesante de los que destaco a una de nuestras musas a lo largo de mi juventud, Melina Mercouri, junto a Maurice Ronet, Jean Servais, Pierre Vanek, Gert Froebe, Carl Möhner y Grégoire Aslan, Fernand Ledoux, entre otros.

En este film Jules Dassin aborda la manipulación y la insolidaridad que detonan la rebelión de los oprimidos guiados por el pope Fotis (Jean Servais) hasta la localidad Lycourisi donde se desarrolla la mayor parte de la acción.Es un largometraje interesante, valiente y honesto donde se lanza un grito contra injusticias como las expuestas en este film.

Puede que la perspectiva partidista y la desbordante necesidad de Dassin por mostrar su disconformidad con la violencia que perpetúa el control establecido jugasen en contra del resultado final, pero gracias a su sinceridad se contemplan imágenes vías, al tiempo simbólicas y cargadas de realismo. Este film parte del entusiasmo de quien sabe que puede expresar con libertad sus ideas (con las que se puede o no estar de acuerdo), su creatividad, su crítica y la emoción de aquel que siente que por fin puede plasmar cuanto le ronda por la mente. Por ello, pese a su aparente tono anticlerical, el tono de El que debe morir no lo es, pues es humanista, de fuerte carga crítica, que es posible provoque incomodidad al público al que obliga plantearse aspectos sociales e individuales que surgen de las imágenes que plasman la insolidaridad extrema y la manipulación religiosa del pope Grigoris (Fernand Ledoux), con la cual el religioso pretende mantener intacto un orden que poco o nada tiene que ver con el mensaje de la Pasión que los vecinos pretenden representar en el pueblo donde se erige dictador. 

Este film está basado en la novela de Nikos Kazantzakis Cristo de nuevo crucificado, la película se ambienta en 1921, en suelo griego ocupado por los turcos, aunque la presencia otomana resulta secundaria, a pesar de ser vital al inicio (incendian la aldea donde los supervivientes inician su éxodo) o se individualice en Lycourissi en la figura del Agha (Grégoire Aslan), una especie de Poncio Pilatos que concede el permiso para representar la pasión de Cristo que la comunidad griega celebra cada siete años. Para ello, el consejo de ancianos, formado por los cuatro hombres más influyentes (el maestro, el usurero, el más rico y el pope) elige entre la población a quienes harán de apóstoles, de Maria Magdalena y del mesías que se sacrifica.

Curioso, pues ninguno de los elegidos, ni de quienes lo eligen, son conscientes de la importancia de ese instante de elección, ni que los actores responden de manera similar a quienes representan.

¿Qué es un apóstol, si no aquel que acude cuando lo necesitan? Se preguntan y se convencen mientras preparan sus personajes. Dicha necesidad la observan en el pueblo errante que acude a la villa en busca de ayuda. Pero allí se la niegan por temor a los cambios que pueden implicar su presencia, de modo que se les expulsa apoyados en la falsa enfermedad de cólera que les atribuye el pope dictador Grigoris.

Los hechos que se suceden provocan que el pope continúe adelante con su mentira, excomulgue a quien se oponga a sus designios, lleve a los suyos a las armas o exija al jefe turco Agha la cabeza de Manolios (Pierre Veneck), quien en su representación de Cristo no acepta el trato de favor del turco y se sacrifica por los oprimidos con quienes Jules Dassin indudablemente simpatiza.

El último plano es excepcional con los griegos oprimidos sin rendirse y con armas a la espera de enfrentarse en una lucha letal contra los griegos que siguen a Grigoris.

Cuando en su día se proyectó este film en el festival de Cannes (1956) fue recibido con disparidad de opiniones, pocas positivas (entre ellas la de Jean Cocteau) y muchas negativas, quizá por el carácter combativo de una película que no cayó bien entre la crítica conservadora, un film que no escondía ni su denuncia a la hipocresía institucionalizadas ni el infantil maniqueísmo de buenos y malos.

Vicente Montejano Conejero (27/10)

RECELO ANTE ALGUNAS BATUTAS POLÍTICAS Y MEDIÁTICAS

Existe una obesidad informativa preocupante para un trastocado cuerpo social que desde ha tiempo deambula desconcertado e insatisfecho por esa constante carta que a la vista desde distintos medios políticos e informaciones de prensa se le ofrece. Paparruchas, contrariedades, infamias, mentiras reiteradas sin contrastar o sin respuesta con el fin de alcanzar el símil de una verdad. 

Un parlamento inefable del que no se entiende que sus máximos allegados se aúpen desde sus escaños para de ese modo dejar de ver lo que ocurre en cada casa y familia de quienes les votaron, éstos asediados por los pilotes de un neoliberalismo depredador y excluidos de los continuos beneficios de los mercados financieros, que vienen produciendo precariedad, altos precios, bajos salarios, paro, pobreza, mendicidad y una creciente desigualdad manifiesta.

En este menú ibérico, escaso de valores proteínicos honestos, se dificulta que crezca la sensatez y de ahí las hormonas de la sinceridad queden mermadas por triglicéridos de infundios o algoritmos lodosos que soportan grados de informaciones poliinsaturadas y enjuiciamientos nocivos para la salud de una sociedad donde, además, impera una activa soledad que ahoga y obliga a sortear cualquier problema diario con visos de convertirse en sistémica.

Esa idea perversa que hay ahora de definir como transversal cualquier iniciativa por el mero hecho de recalcarla como apreciación señera o puntera (diría yo, imprecisa), junto a ese estuche de mequetrefes politicastros plenos de estultos narcisismos, de grande a excelso; egos basculantes de si me das ombligo te doy brazo, pero si me das pie te doy mi rechazo, y así un sinfín de pichotes que alardean de tener y luego de lo cual están exentos.  Este me first (primero yo) como emblema hace palidecer a una sociedad ya de por sí vejada por las desigualdades que sufre y lo que conduce irrevocablemente a una soledad sin paliativos; a veces, comienza desde épocas tempranas y finaliza de mayores con el desapego familiar y, por tanto, muchos de los cuales abandonados en su suerte en residencias donde mueren solos.  

De todo lo indicado tomen nota ciertos medios de prensa y grupos políticos que sin coincidir o concediendo dan pie a que se pida que éstos dejen la batuta y que la música entone the sound of silence.

Recordando a Gustave Flaubert, “el futuro nos tortura y el pasado nos encadena. He ahí por qué se nos escapa el presente” o aquella reflexión cercana a la semántica que nos invade, “el lenguaje humano es como una olla vieja sobre la cual marcamos toscos ritmos para que bailen los osos, mientras al mismo tiempo deseamos hacer una música que derrita las estrellas”.   

No obstante, las estrellas siguen brillando mientras con estos lapsus nuestro universo humano se va apagando, yo por eso aún sin fumar llevo cerillas.     

Vicente Montejano Conejero   

EL QUID DE LA CUESTIÓN DE LA REFORMA LABORAL

A golpe de BOE no se consiguen milagros pero tampoco con que transcurran dos años y lo prometido sobre derogar la reforma laboral de Rajoy no se logre llevar a efecto por mor de lo que digan o exijan ciertos poderes fácticos de unos u otros. 

El ruido mediático es tal que el ciudadano de a pie necesita que se le explique lo que pasa a fin de entender que no es un ejercicio meramente económico sino todo lo que representa y significa derogar la Reforma Laboral del PP. 

Lo cual conlleva:  Dejar sin efecto la normativa laboral para abaratar el despido y

devolver las condiciones laborales como salarios y derechos de los trabajadores

Dejar nula la objetivación de causas como para llevar a cabo los abaratamientos o la flexibilización de las relaciones laborales a partir de la prevalencia de los convenios de empresa por encima de los sectoriales. Es decir, fácilmente se podía despedir por causas económicas, técnicas, organizativas y de producción. Una prerrogativa de la empresa en la que el empleado poco o nada podía aducir y que produjo que los salarios fueran más bajos de los que fijaban los convenios sectoriales

Asimismo, se rebajó la cuantía por ex empleado pasando de 45 días por año a 33, con un máximo de 24 mensualidades. Otros expedientes de regulación temporal de empleo (ERTE) y los ERE, para los cuales, las indemnizaciones se rebajaron hasta los 20 días por año trabajado y eliminándose la necesaria previa autorización administrativa.

En el caso de que el trabajador interpusiese una denuncia, se eliminaba los salarios de tramitación, cuantía acumulada desde que era despedido y se dictada la sentencia judicial.

El hecho es que con tales medidas no se incentivaron las contrataciones ni fueron eficaces los despidos para las propias empresas.

Colectivos de trabajadores perjudicados por este reordenamiento de los convenios y que sólo beneficiaron a empresas que para competir dejaban caer los precios pero siempre a costa de rebajar salarios y con ello las condiciones de sus trabajadores.

¿No sería recompensable que los empresarios ganasen dinero creando empleo y que los trabajadores asumiesen salarios dignos que les permitiese seguir en la onda de la recuperación, sin desequilibrios o tapujos hipócritas que nos conduzca a un callejón sin salida?

Con este percal ¿seguimos vistiendo de franela las hechuras de nuestro atuendo empresarial y productivo o hallamos un modo y forma de andar sin smoking pero abrigados y con garantías de que no sigan imperando la desigualdad, el incremento de la pobreza y mendicidad en una sociedad que se merecen mejores y más audaces empresarios y políticos?     

Vicente Montejano Conejero            

EL SURREALISMO POLÍTICO DE CASADO

Empiezo a tener la convicción de que este país podría respirar aliviado y levantarse confiado de estrenar un buen día si el portavoz popular Pablo Casado hiciera lo propio y decidiera extraerse del NO diario a cualquier propuesta que le hiciera el Gobierno, cumpliera tácitamente con la Constitución y desistiera de ir a Bruselas con un exclusivo fin de lanzar proclamas contra España y además pensando que todos los que no le votaron en las urnas sin embargo sí le eligieron como jefe del Gobierno. 

En ese cuadro político surrealista que nos pinta Casado, también, ha propuesto para el Constitucional a Concepción Espejel, jueza vinculada con Cospedal y recusada por tal motivo. También tenemos a Enrique López, juez que dejó serlo para convertirse en consejero del Gobierno de Isabel Díaz Ayuso y responsable de Justicia del PP.  Asimismo, a Enrique Arnaldo, que impartió cientos de cursos y ponencias en la Fundación FAES y, además, estuvo imputado por cobrar del Gobierno balear y hacer pagos a Jaume Matas y aparecer en las escuchas de Lezo, donde indicaba a Ignacio González, hoy en prisión, “estoy moviéndome para que el nuevo que sustituya a esta señora sea bueno”.

Por tanto, los objetivos no consisten en reforzar instituciones ni despolitizar los órganos judiciales, tal como señalan algunos adláteres de Casado, que se reivindican como artífices de un desbloqueo que aún no es tal pues viene ligado a plazos que se sustentan a intereses particulares, con la elección de magistrados que nunca debieron optar a cualquier puesto de judicatura. Y en ese sentido, los socialistas han permitido líneas de actuación que por legítimas que sean no son del todo aceptables.

Desconozco cómo sería un guión cinematográfico resultante sobre la España de nuestros días, bien hecho por Luis Buñuel o Rafael Azcona; sin duda, tan surrealista y onírico con un plano entero del Congreso que pese a ello no fuerza a distinguir con empatía o líneas maestras a cualquier ponente que brama o sacude banderillas desde los escaños de nuestro Parlamento, Senado u otros organismos estatal o comunitario.

Si a tenor de lo expuesto, el ciudadano de a pie, aún no desafecto, todavía puede creerse que la gestión política con la que ciertos partidos actúan, es un magno, claro y digno ejercicio que impulsa tranquilidad y confianza a todo este país, sin duda, peca de una insensata bonhomía o sufre diariamente de una gran resaca auditiva y sumisión masoquista hacia los hechos y golpeteo ruidoso que estos “fugitives from reality” activan cada vez que aparece un nuevo día.

Vicente Montejano Conejero

Periodista jubilado de FARO DE VIGO

ENFRENTAR ES CONTROLAR

El dinero se ha convertido en una unidad de poder, fuerza y medida social, es decir, una medida de tiempo que transfigura cualquier realidad social que se pretenda evaluar e incluso modificar o defender. O recordando el lirismo de aquel canto, “tanto tienes, tanto vales, conviene más un marqués que tenga caudales”, por el de ahora más al uso “con máster o sin máster tengas en la cuenta bancaria plata y cartel”. 

Sin duda, Lo último trae lo primero. Te haces político y ya tienes el primer trecho. Claro está que no se puede generalizar y son otros muchos los que sin bandera y líneas territoriales intentan luchar por lograr más igualdad social y menos fondos en Panamá. 

En ese sentido, hay ciertos petimetres que escriben artículos, cartas y libros; bien acuden a radios, televisiones o lanzan discursos extemporáneos con el exclusivo fin de trocar la propia realidad, creando falsas alarmas o hacer de cualquier fecha o actividad evento nacional o cultural, séase 12 de octubre día de la hispanidad o san Fermín, incluidos en los mismos, abucheos y manadas.

Ese golpeteo ruidoso con personajes convertidos en martillos pilón, insultadores del diálogo o la legitimidad democrática hace que España se haya convertido de hecho en una fábrica de herrajes humanos oxidados cuyas bisagras sin engrasar no llegan a cerrar con mesura y dignidad nuestro pasado, aún malherido tras 83 años de memoria escondida y de confinamiento familiar.

Un parlamento que rinde tributo a la degeneración de cualquier proceso dialéctico, donde los escaños se han convertido en gradas o tendidos del nueve para lanzar proclamas denostadoras o verborreicos vocablos difamatorios a ponentes o ministros, tal cual se asistiera a una fiesta subvencionada de tauromaquia, con todo lo puesto: banderillas, muletillas, rejones y puntilla.

Nuevas generaciones sin reglas útiles docentes de formación y especialización y en ciertos casos con un gran número de perfiles catetatuados que hacen de nuestra realidad social diaria un tipo de moda transversal sin tino o riendas y con continuos trotes y galopadas a espacios de macro botellones y vacíos contenidos.

Asimismo, la opinión gira sobre políticos electrificados al atravesar puertas giratorias y alcanzar altos puestos en consejos de administración, tal como el último en entrar, Juan Antonio Carmona, quien quedó al parecer electrocutado como militante socialista y sin importarle a éste un brete sobre lo que años antes preconizaba de sí mismo, “tener dignidad y no precio”. 

En fin, todo un espectáculo dantesco en un parlamento donde se echan a la cara unos a otros sus caretas, logrando con ello un enfrentamiento general para de ese modo controlar a toda la sociedad.

Vicente Montejano Conejero

MODELO URBANÍSTICO TRANSVERSAL EN LA COMARCA NATURAL DEL VAL MIÑOR. capítulo I

PLANIFICACIÓN

TERRITORIAL

Antes, durante y poco después de la efemérides del Quinto Centenario se habló de la necesidad de establecer la Mancomunidad del Val Miñor, una vez que no se llegaba a un acuerdo de fusionar los tres ayuntamientos, incluido Oia, en uno solo y de ahí fijar los grandes ejes del transporte público y de crear un mapa territorial que impidiese el aislamiento de las parroquias periféricas con una planificación urbanística y viaria que tuviese en cuenta barrios y accesos alejados del centro urbano de los cuatro municipios de Baiona, Nigrán, Gondomar y Oia.

Habría que haber apostado por recuperar y rehabilitar tanto espacios públicos como viviendas, con un mayor esfuerzo, del que siempre se ha carecido, por luchar contra el tan denostado feísmo pero de hecho siempre admitido cuasi como icono de ámbito y legado cultural, y también por la mejora de la calidad del transporte público en todos los barrios y parroquias de una de las comarcas naturales más importantes de Galicia y en concreto del sur de su mapa geográfico, cuyo territorio nunca ha recibido las inversiones necesarias para su progresión y desarrollo turístico.

Son sabidas las consecuencias de la voracidad del sector inmobiliario y las promovidas por las alcaldías. En Baiona ha triunfado el modelo de inmuebles altos en la primera línea, así como en zonas allegadas de su interior, mediante construcciones de bloques de viviendas bañadas en sombras por eliminación de los haces solares en el trazado de sus calles. En la costa debería haberse pensado en soluciones supramunicipales ya que el litoral –tal como señalan expertos arquitectos y paisajistas- no debe pertenecer a decisiones volitivas de responsables munícipes porque es de toda la sociedad. Y la ley de Costas debe ser expeditiva en lo que respecta a un nuevo modelo urbanístico en el litoral, así como en los terrenos urbanizables, a fin de acabar con la exclusividad de los ayuntamientos, costeros o no, sobre la superficie urbanizable.

Todo bloque de viviendas o urbanizaciones que se proyecten deben atenerse a un modelo de arquitectura y entorno paisajístico con sus propios servicios y liberación de suelo para zonas verdes, que en nada tenga que ver con bloques de hormigón o urbanismo depredador y disperso tal como se ha venido desarrollando desde el inicio de la democracia. Un territorio, pues, integrado con un planeamiento que coordine y vincule normas y planificaciones municipales, en pos de lograr en nuevos modelos urbanísticos, basados en el ahorro en el consumo de suelo y transporte, la convivencia de usos y, por tanto, alcanzar la cohesión social necesaria.

Modelo urbanístico transversal en la comarca natural del Val Miñor -cap. I-

 

Antes, durante y poco después de la efemérides del Quinto Centenario se habló de la necesidad de establecer la Mancomunidad del Val Miñor, una vez que no se llegaba a un acuerdo de fusionar los tres ayuntamientos, incluido Oia, en uno solo y de ahí fijar los grandes ejes del transporte público y de crear un mapa territorial que impidiese el aislamiento de las parroquias periféricas con una planificación urbanística y viaria que tuviese en cuenta barrios y accesos alejados del centro urbano de los cuatro municipios de Baiona, Nigrán, Gondomar y Oia.

Habría que haber apostado por recuperar y rehabilitar tanto espacios públicos como viviendas, con un mayor esfuerzo, del que siempre se ha carecido, por luchar contra el tan denostado feísmo pero de hecho siempre admitido cuasi como icono de ámbito y legado cultural, y también por la mejora de la calidad del transporte público en todos los barrios y parroquias de una de las comarcas naturales más importantes de Galicia y en concreto del sur de su mapa geográfico, cuyo territorio nunca ha recibido las inversiones necesarias para su progresión y desarrollo turístico.

Son sabidas las consecuencias de la voracidad del sector inmobiliario y las promovidas por las alcaldías. En Baiona ha triunfado el modelo de inmuebles altos en la primera línea, así como en zonas allegadas de su interior, mediante construcciones de bloques de viviendas bañadas en sombras por eliminación de los haces solares en el trazado de sus calles. En la costa debería haberse pensado en soluciones supramunicipales ya que el litoral –tal como señalan expertos arquitectos y paisajistas- no debe pertenecer a decisiones volitivas de responsables munícipes porque es de toda la sociedad. Y la ley de Costas debe ser expeditiva en lo que respecta a un nuevo modelo urbanístico en el litoral, así como en los terrenos urbanizables, a fin de acabar con la exclusividad de los ayuntamientos, costeros o no, sobre la superficie urbanizable.

Todo bloque de viviendas o urbanizaciones que se proyecten deben atenerse a un modelo de arquitectura y entorno paisajístico con sus propios servicios y liberación de suelo para zonas verdes, que en nada tenga que ver con bloques de hormigón o urbanismo depredador y disperso tal como se ha venido desarrollando desde el inicio de la democracia. Un territorio, pues, integrado con un planeamiento que coordine y vincule normas y planificaciones municipales, en pos de lograr en nuevos modelos urbanísticos, basados en el ahorro en el consumo de suelo y transporte, la convivencia de usos y, por tanto, alcanzar la cohesión social necesaria.

 

ÉPOCA PILOTO DE HUMANOS CONVERSOS

 

 

 

 

 

 

En este planeta conviven diversas creencias y prácticas cambiantes a lo largo de los siglos con personajes de auge por genealogía o poderes difusos, y cuando se aúpa una de aquellas o éstos en nuestros días, se da por hecho que tal y tanto empeño significa que el interés es amplio, cuando no adulterado.

Por moda o realzar viejos valores (prosaicamente dicho), bien porque importa reiterar de forma multiplicada y en alto griterío en los sistemas mediáticos de televisión, prensa y radio su supuesta valía o porque algunas fuentes voceras consideran que su publicidad es rentable en cierto momento para su propio provecho?, etcétera. Y así, cualquiera de dichas fórmulas de tanto espetarlas logran arraigarse en la medianía popular. En pocos casos tales teorías o eminencias son garantes para un futuro de mejor provecho y evolución para la especie humana.

 

Pero aquí viene otra y a tiempo pues llama la atención, a saberse que científicos y geólogos de intensa reputación apuntan que «el nuevo tiempo, el de los humanos -el Antropoceno- (Anthropos, humano, sufijo ceno, nuevo, vienen del griego) aún no ha llegado». Bien podría definirse que estamos en una época piloto de humanos conversos.

Y para más inri, la cifra de 8.000 millones de personas, apenas suponemos el 0,01% de la biomasa terrestre, que han desaparecido el 83% de los animales salvajes, el 80% de los mamíferos marinos, la mitad de las plantas del edén original o el 15% de los peces. Y el 70% de las aves del planeta son de granja y el 60% de los mamíferos se crían en establos. Solo el 4% de estos últimos viven en estado salvaje, el resto es vida domesticada, tal como documenta la revista científica PNAS.

Por tanto, todo lo que acontece en este planeta Tierra desde ha siglos, a muchos nos irrita y últimamente nos hace rapear, ante una mal llamada evolución de nuestro género que parece se desplaza con tal significante inmovilidad silenciosa semejante al sillón donde se aposenta el mandamás de la Moncloa.

Y de ese modo se puede explicar cualquier aforismo desahogado que envuelva cada acción punible o discurso vano y falso, que suele darse en áreas políticas o de poder, con una ciudadanía ya harta de cachivaches sin rasgos humanos sitos en escaños y holgados asientos pero con bajos sucios de podredumbre y descomposición, de tanto soborno y cohecho sin cuantificar. Tarambanas o botarates que pese a ello disfrutan de lo lindo en este gran espacio que les dan quienes se someten a la voluntad de otros sin hacer nada para impedirlo.

La burla nos llega vía recortes con retrancas, mamarrachada y pampirolada, llegándose incluso cuasi a pontificar la iniquidad y sinecura o mamandurria que algunos casposos sin dificultad obtienen por un trabajo sórdido y falto de ética y decencia.

LOS CONFLI CTOS NO ARREGLAN LOS PROBLEMAS

Ver, escuchar, pensar y expresarse sin creer en que aciertas coordina de modo interesante el rumbo que desees por emprender. Si, además, a lo largo del itinerario te educas fehacientemente con el fin de disponer de un buen nivel para corregir los errores que cometas en cada caída podrás incluso atravesar cualquier pandemia cruel o bárbara social a mar abierto. 

Aprender todo aquello que te enseña el paisaje diario, turbio o diáfano, ayuda a mejorar el entorno donde vives, descartando de esa manera que gentes o territorios se conviertan en ruido o hitos oponentes. Es valioso, pues, descartar ese amago de zaherir o impedir aquel capítulo incipiente de cada paso o decisión que des o afrontes, sobre todo si la finalidad que buscas es rechazar cualquier tipo de maldad o violencia.

Por tanto, es fundamental o notable rechazar cualquier conflicto a fin de convertirlo en un mero problema que por grave que sea siempre puede solventarse, dado que un conflicto genera odio, crispación y sin ser ajena la violencia o la muerte.

Se echa pues de menos que nuestra clase política no convierta su gestión en un mero tobogán donde sólo asciende su egoísmo y baja el interés por solventar los verdaderos problemas sociales que suscitan y exigen inmediato consenso.

Vicente Montejano Conejero