LA VIDA, ILUSIÓN MÁGICA

La vida es una ilusión mágica con un itinerario similar al que realiza un funambulista, de equilibrio y caída en un acto pero con descanso entre juventud y madurez.

Se acaba la obra y desaparece la magia y no queda ni siquiera el recuerdo de lo que todo fue ya que quienes lo ostentan son también efímeros y, tanto, legados como sueños dejan de existir.

A esa magia de no saber de dónde viene y dónde acaba y con un guión hecho sobre el agua, que se desdibuja y no perdura, sólo en la mente del que lo realiza, se llama vida.

Agua, pues, somos, con un estuario de energía que se diluye continuamente sin rumbo conocido ni con qué función se expande, sin partida ni llegada y sólo con encuentros fortuitos en el camino del que no se sabe dónde conduce y cuáles son las claves de su aparición y desaparición.

Nuestra corta presencia en este mundo no son más que imágenes diluyentes como chispas sin incendios, sin existencia vital física ni tiempo.

¿De qué materia se hizo el Universo y adónde nos lleva su magia en su espacio pleno?. Todo existe sin existir y en esa sempiterna contradicción forjamos el término vida a cada instante donde sólo se transpira,  sin tener en cuenta que el aliento de la vida no surge de un corazón que late sino de la propia vida forjada en presentes continuos que de inmediato se convierten en pasados irrecuperables.

Un guión sin medida que gravita recordando a un disco vinilo que dando vueltas armoniza y musiquea sin que se desprenda ninguna voz, ningún ruido, y sólo entreabriéndose la luz estelar iluminando tal magia del Universo, donde implícitamente, seres humanos o conocimientos, quedan en un simple encendido que en décimas se apaga, logrando acaso una chispa sin continuidad ni tiempo.

 

Vicente Montejano Conejero

DEAMBULANTES DEL RENCOR Y LA FALACIA

Cuesta creer que en este siglo y país asistamos aún a ese pulular de deambulantes del rencor y la falacia, parladores de lo ajeno que infringen normas cuando no crean infamias siempre sobre el que está enfrente, resaltando el chisme, enredo, lío o embuste para desacreditar, denigrar o descuartizar tal imagen personal del que convierten así en mal contrario o adversario.

Parlanchines, que como tahúres, juegan con dardos apestosos y lenguas viperinas que experimentan envidia y perversión sobre aquello que no pueden alcanzar por su deformada visión que tienen de la verdad y la vida, recreándose en un fétido ambiente que se centra y agrede a gran parte de la ciudadanía que sin culpa alguna viene padeciendo esta epidemia que se ha instalado en nuestras instituciones políticas y sociales, y que algunos politólogos ya apuestan por definir como “absurd and different country” o meramente “Spain is different”

En esta España nuestra, pues, ese venir y devenir de un pasado siniestro ha dejado lastre y poso, con miméticos individuos que recogen el legado turbio cuando no tenebroso de sus ancestros, dando un valor cultural que no tienen a costumbrismos arcaicos que nada tienen que ver con el arte y la dignidad humana, pero que son disfrazados o blanqueados como viejas tradiciones a seguir.

Entre otros ejemplos de vejámenes: matanzas a sangre fría o cazas aberrantes o prohibidas de animales domésticos o en extinción, talas indiscriminadas de bosques y esquilmación de acuíferos y recursos naturales, tauromaquias capoteadas con reses víctimas, desfiles o procesiones de calcetín y tulipas a merced de poderes fácticos que actúan como prófugos de una sociedad a la que dicen representar o salvar, enarbolando banderas, proclamas, himnos o salves como reclamos sumisos hacia una divinidad aparente y superior que a tenor de lo que pasa en este planeta parece que no se inmuta ni da visos inmediatos de soluciones…

Y mientras, en nuestro país, conocido como España, una izquierda navegante sin rumbo e incapacitada desde ha meses para evaluar si aplica alguna de las fórmulas habituales en las políticas de la Unión Europea o de nuevo encalla en los acantilados del antiguo régimen franquista y décadas después prosigue sin saber utilizar la bitácora que lleve a un recorrido y destino distinto. ¿Hasta cuándo tanta esperanza perdida?