Y si yo te quisiera en mi espejismo

Y si yo te quisiera en mi espejismo

La melancolía semeja a la nieve blanca que cae gélida y se calienta en nuestras manos, en tanto que la tristeza es el basamento rancio y seco de nuestra dulzura inundada de lava agria.

Aquellos días de intensidad inmediata, aquellas horas de espera retardada. La ilusión puesta en luces de crepúsculo sin amanecer. Dichas surgidas de desventuras u ocasos de dichas sin emerger. Toques en la distancia a lo largo de anocheceres sin tu presencia.

Y luego, deseo infinito de tenerte fundida en abrazos de fuego pasión volcánica de soles que vislumbran desde tus ojos. Besos ávidos de posesión y erupción que vanas realidades arrasan. Cómo olvidar inmensos instantes de reciprocidad y entrega.

Tu desolado y aliado adiós de forcejeos y miedos. Billetes de retornos sin ida y vuelta que chocan en la soledad con sentimientos perpetuos dejan nuestro amor lacerante en un sepulcral silencio.

Almizcle de besos robados y ardientes anhelos. Jazmines de perfumes intensos en los que se ahogó mi sueño. Olivera donde el propio acebuche enturbia la almazara. Y segar el trigo deja calvas abiertas en el olvido.

Acezante corazón que no cesa de imprimir notas de amor a sus latidos, avejentado y sumido en la desesperanza de su destino percibe aún cerca cuando oían los acordes de su palpitar sin escuchar el sentido o lastra del final de su camino

Para pervivir bebí en tu espejismo. Y atraje agua a mis sedientos deseos de ese amor impuro que tu gravaste para ver en silencio una fragante espesura de este infértil desierto. Cobijo final y delirio de mi destierro….

en un efímero sueño

UN ROBO IBÉRICO A MANO ARMADA

No soy proclive a escribir sobre situaciones que yo haya pasado y han ocurrido sin que nadie se percate de los daños colaterales sufridos. Ha poco me informé debidamente que el subdirector general de Gestión así como el gerente de un medio donde según se le conoce por opinar, viven a sus anchas y sin remordimiento alguno una vez que allí fueran trasladados tras haber logrado, tal vez entre otros deberes, que yo me quedara sin unos 300.000 euros generados por mi intenso trabajo profesional.

Estos dos personajes, el segundo de ellos, contable de la empresa que yo trabajaba y el primero, apareció tras la muerte de su antecesor en el cargo. Juntos con un abogado de prestigio, de nacionalidad europea y residente en Galicia con su familia y ancestro tras la Segunda Guerra Mundial, lograron que mis reivindicaciones laborales de cariz totalmente cristalino quedaran de tono opaco, a fin de que en el juicio que se llevó a cabo una tal magistrada MPD consiguiera que los genuinos representantes de la importancia empresa donde yo desarrollaba mi intenso trabajo se salieran con la suya y, de ese modo, yo perdiera lo que era absolutamente propiamente mío (valga todas las redundancias posibles). ¿Acaso se prevaricó?. ¿Se ajustaron trapicheos entre los bastidores del departamento de Accounting?.

Fui defendido por un importante abogado que desde un primer momento creyó que la causa estaba ganada, siempre fue ese su parecer, pero quiso el infortunio que un ilustre magistrado adquiriese mayor relevancia en los poderes judiciales y el tribunal donde se iba a ver mi litigio fuese OKUPADO por la tal no tan inocua magistrada MPD.

Así, el caso quedo premeditadamente cerrado y con obscurecidas bases para recurrir ante el alto Tribunal. Con esta fórmula sanguinaria se acopló el 2×1 y de tal mala suerte también no pude acceder a cobrar mensualmente una paga porcentual mensual más alta que me correspondía por todas las tareas asignadas durante mi profesión en tan destacado medio nacional y que, por cierto, dieron grandes y pingues beneficios a tal empresa de ámbito estatal.

El premio a los sátrapas consistió en auparlos en su profesión pero largo y fuera del entorno territorial donde procedieron a tal escarnio contra mi persona.

Hoy día ambos siguen respirando oxígeno en el NO con vistas a las bravas aguas oceánicas y lejos de que mi inexistente rencor o violencia pudieran acceder a poner mácula ad aeternam a sus deshonorables y respectivas carreras de tiranos contables o gánsteres de opiniones mojados sin voces ni nada veraces.

Hoy tocó esta historia personal que además intenté hacer pequeña pero dispongo de grandes seriales propicios a la marimorena.

Atentamente amistades.

 

EL SER HUMANO SIGUE PERDIENDO EL TIEMPO

La vida es corta y compleja. Desperdiciamos gran parte de nuestra existencia en automatizar costumbres y acciones convirtiendo reiterados y escasos esfuerzos que efectuamos en fáciles recorridos de cortos aprendizajes llevándonos a ocupar gran parte de lo que hacemos u oímos en una rutina diaria.

Así es, si cabe, que se pueda entender o sorprender lo que nos sucede en cada acto que emprendemos en nuestra agenda vital, pues vivimos a desaire de lo que ocurre y que consideramos que no nos afecta. Un ejemplo:

Retorcemos la mirada cuando escuchamos que sólo el 10 por ciento de los que nacen pobres se hacen ricos, entendiéndose que eso sucede sólo en lugares propensos para tal y donde, además, la clase social se hereda, sin que por tal causa arruguemos el ceño y nos haga pensar que la desigualdad social se ha desatado, no aquí o allá sino en todo el planeta.

En ese sentido no hay parangón que nos incite a retroceder, como si lo que ocurre hoy cerca de nosotros fuera lógico y refleje una situación idéntica a otras épocas anteriores donde no existía clase media alguna y el mérito era congeniado por la aristocracia de nobles, terratenientes y eclesiásticos, aupados por plebeyos y los eternos pringados.

Sectores de la industria, ciencia, tecnología y economía avanzaron inexorablemente y en la actualidad -en gran parte sólo en palabras- procuramos diferenciarnos de ese ayer que fue y de ese futuro que deseamos distinto.

Pero sigue fallando algo, y vuelvo a remitirme al principio, el ser humano pierde el tiempo y se desenvuelve como si el destino no pudiera acarrear un regreso a un indeseable origen.

En tal medida, la Covid.19, así como sucesivas pandemias deben hacernos reflexionar que éstas provienen de la misma causa: desinterés por todo el entorno que nos rodea y arruinando lo que nos invita a ser humanos inteligentes, tal como es luchar por la igualdad y la solidaridad, defendiendo nuestro ecosistema, fauna, flora y desechando cualquier sentido que nos conduzca a la sempiterna rutina de hoy día.

EL CEMENTERIO DE LAS PALABRAS

El desajuste semántico a base de insultos, falacias y palabrería vana que emplean algunos políticos sin otro objetivo que el de ofender no es un buen ejemplo para acometer cualquier reconstrucción social o económica deseada para España.

El acto guerrero de una derecha que pide al Gobierno ponderación sin ofrecer a cambio un modelo propio de moderación es una clara muestra de mediocridad dominante en el que se haya sumida las cimientes de nuestra clase política.

Pese a que el artículo 71 de la Constitución exponga que los diputados y senadores gozarán de inviolabilidad por las opiniones manifestadas en el ejercicio de sus funciones, habría que preguntarse si el insulto o la infamia forman parte de cualquier ejercicio de función alguna. A mi entender es como significar que el fin justificara los medios.

Sobran palabras y el horizonte político se cierne en una estepa de guiños sin acuerdos concretos que anticipen alegrías y no pesadumbres en el indefenso contribuyente, que tiene que escuchar que el IPC sólo se ha disparado un cero coma… cuando en realidad productos tan necesarios como la fruta y la verdura sobrepasan el uno coma.

En tanto, Bruselas expedienta a España por no legislar sobre el sueldo de los directivos, que sigue superando con creces el porcentaje sobreentendido del que ya dispone cualquier trabajador de clase media.

Y luego llama la atención ciertos vocablos, proclamas y actitudes contrapuestas de lo que anteriormente no se tuteló: divorcio, aborto, matrimonio homosexual, eutanasia, renta mínima…

Avances sociales a los que una derecha atávica se opuso durante décadas, e incluso frenó haciendo con ello estruendoso ruido pero hoy son un clamor popular, recordando también que en su momento se negó a aprobar una Constitución que hoy airea y defiende con cierta hilaridad.

Esperemos que el cementerio de palabras se reconstruya y aparezcan frases y hechos inteligentes.