LA BAIONA QUE QUIERO USA VENDAS Y GASA…

A juzgar por lo que se decanta el vecindario de Baiona, el PP ha sido en estos años un grupo de gobierno dejó sin efectos algunas de las promesas aireadas por su regidor Ángel Rodal.

Este mandato ha sido una oportunidad perdida pero también valioso por la importancia de los desafíos pendientes que un nuevo gobierno con esfuerzo puede emprender si tiene en cuenta errores repetidos. Tanto aislamiento y arrogancia es un mal espejo donde no se ven hechos, que ahora deben ser siempre consensuados con los representantes vecinales.

Mejorar la calidad de vida en Baiona, trabajar por la cohesión social y poner las bases para un futuro que atraiga empleo e innovación. Casco histórico y parroquias deben formar un proyecto colectivo, no sólo de sus políticos, sino con un mayor compromiso y apego de todo el vecindario, a fin de que esto último no siga convirtiéndose en asignatura pendiente.

Hay que acabar con la estigmatización de áreas y zonas periféricas de las distintas parroquias, aprovechando los movimientos asociativos para lograr experiencias enriquecedoras de interculturalidad, así como parar el deterioro de barrios, viviendas y espacios públicos y reponer un déficit de servicios públicos esenciales.

Urge, por tanto, un diagnóstico para desplegar actuaciones importantes que frenen el desarraigo municipal con el que viven ciertas zonas, sólo recordadas en campañas preelectorales, así como huir de trifulcas estériles y priorizar la mejora de la vida de las personas.

Suciedad en calles, contenedores con escasa limpieza, fachadas e inmuebles deteriorados, incluso de gran arraigo cerca del Consistorio, y un elevado número de comercios cerrados, da cuenta de lo poco hecho para detener la degradación urbana y social que vive, principalmente, el casco histórico y principales calles del centro de Baiona, sin olvidar las moles de hormigón de edificios a medio construir desde más de una década en la recta de Sabarís, cuyo máximo exponente es el bosquejo de medianeras por doquier, no propio de un municipio que dícese de excelencia turística.

Difícil o complicado es andar con los ojos cerrados o acaso con los ojos abiertos pero tapados con venda y no digamos, si además nos ponemos gasa para curarnos en salud de todo lo que no queremos enterarnos y que pasa a nuestro alrededor. Así que podríamos musicarlo y cambiar lo de “la mujer que yo quiero..”, por “la Baiona que quiero usa vendas y gasas…”