La política municipal de Baiona se asemeja a un gran barco de cierto tonelaje cuya carga no es otra que las voluntades depositadas en las urnas de los pasados comicios municipales. Antes de embarcar nos encargamos de saber en qué dirección va cada sigla política que se presenta y en qué rumbo o destino dirige el timón de cada candidatura.
Llegó el día D y cada cual ha dado su consentimiento a uno u otro partido político. En total cuatro son los que se presentaron, PP, PSOE, BNG e IU. Ateniéndonos a los resultados, el PP perdió fuelle pero logró la tan ansiada mayoría absoluta, perdiendo un edil pero quedándose con nueve ediles; el PSOE perdió fuerza y logró el peor resultado de su periplo democrático, aunque con un digno número de cuatro ediles pero insuficiente para hacer valer su deseado crecimiento; el BNG mantuvo antiguas expectativas y pese a que en otros lugares logró un aparente mal resultado, en Baiona hizo tablas y volvió a llegar a su techo electoral de dos ediles en tanto que IU al contrario de lo que le ha sucedido en todo el Estado, logra por primera vez representación y en este caso con dos ediles.
Una vez hecha la protocolaria introspección numérica dejamos la aritmética y me adentro en el meditado razonamiento, al menos lo intento, a tenor de lo que unos y otros desean o dan ya por hecho.
Si empiezo por los ganadores, el PP lleva el barco tal cual como un crucero, publicitando por mares de calma chicha que la villa de Baiona logró o logra ser el municipio turístico cuasi más importante del Estado Español y parte del extranjero, es decir, uno de los destinos más apetecibles y elegidos por no sé quienes, dado que la empresa que lo pregona o proclama se debe a las sigla política por la que realza tal valor sin explicar en qué basa su estudio y datos que ofrece.
El primer mandatario se encarga de expandir tales aplausos sin que en la platea del escenario donde se proclama tal noticia se vislumbre vecino o vecina alguna de Baiona aplaudiendo tan grata dicha. Calles, plazas, paseos y negocios aparecen en la mayor parte de las cuatro estaciones con escaso público como para hacer valer dicha encuesta realizada a favor de enaltecer el trabajo desarrollado en la aventura turística por el grupo municipal que en esta villa manda. Si diera nota y color al PP de Baiona me esforzaría en poner un tres y ensombrecerlo con un grísáceo mandato nada tenue por parte de su máximo responsable en Baiona.
El PSOE por su parte ocupó la proa, tal vez, con el deseo de emprender su propia ruta, pero sin contar ni con los pasajeros ni con la tripulación, es decir, ni con el vecindario ni con ciertos militantes por creerlos incómodos o críticos per se. Ese escaso acercamiento a sus allegados hizo posible que en diversas escalas técnicas fueran desembarcando de tal barco sin rumbo gran parte de los pasajeros produciendo que lo que prometía que iba a ser un lindo pasaje de sumandos progresivos se fuera convirtiendo en minuendos destinos.
Toca ahora, tal como indican algunos militantes que aún acuden a las asambleas que el PSOE pondere en su brújula e itinerario si gira hacia la izquierda y pone el timón en marcha descorchando nobles ambiciones de trabajo, ilusiones y compañerismo o meramente se sigue emborrachando de autocomplacencias y goces por históricos pasados felices y dejando sin llevar a cabo autocríticas y renovados esfuerzos por acercarse al pueblo para escuchar lo que pide o necesita y de ese modo sumar y multiplicar en eficacia social y en progreso y no caer en estériles disputas por mor de ocupar cargos o protagonismos vanos.
El BNG lleva en su ADN, tal como aseguran sus militantes, su acendrado galleguismo, pero llevando con ello a considerar que sólo la lengua y la tierra natal pueden crear una ideología fuerte y diferenciada de otras influencias externas, haciendo de ello un resorte revolucionario que no necesita de más para procrear una manera de vivir y de pensar ajena al que se enfrente o dude de su pensamiento.
Creo yo que ese aislamiento conlleva a que la propia población gallega se resienta y a la hora de votar opte por otras siglas abiertas a negociar o enfatizar con siglas que no sean precisamente de la comunidad gallega. Pese a ello, el BNG dispone de personas leales en Baiona y de ahí que haya conseguido un digno resultado, que puede ser mejor si surte efecto esa autocrítica por su volitivo aislamiento y con ello por creer que el barco donde navega es de su propiedad y bandera.
IU, al igual que los dos últimos partidos citados, viaja en esta gran arca, pero a diferencia de los otros partidos, se ha colocado en la popa del navío, considerando así que el que va en la proa junto al timón tiene más oportunidad de equivocarse y ellos poder de ese modo corregir el rumbo y emprender otros destinos y dando por hecho que la población de Baiona va a perdonarles el coste del pasaje y que la bandera roja pirata se ice en el palo mayor de la nave.
Los cuatro partidos han optado por incluir en sus listas a nuevos candidatos, creyendo así que la nave riele más en esta árdua travesía de cuatro años, desechando con ello a viejos almirantes o capitanes de navío y dando cabida a inesperados grumetes, con el deseo unánime que sean ellos los que coadyuven a mejorar la dirección del barco, pero lo triste de todo ello es que bitácora o cuadrante necesita experimentados marinos por donde el barco no llegue a escorarse y estrellarse con cualquier arrecife que surja en el reflujo o bajamar de la ría.
VICENTE MONTEJANO CONEJERO