HAY QUE HACER MÁS Y DEJARNOS “DE GAITAS”

Hoy es un sábado del mes de septiembre, víspera de acontecimientos que me obligan a escribiros en un incipiente alba, a fin de que sacudamos las sábanas con las que nos tapamos cuando dormimos, nos despertemos y alcemos el vuelo, con un primordial deseo: observar todo lo que pasa a nuestro alrededor y tomar conciencia y postura de cara a lo que debemos de hacer cada uno ante tanto dislate, confusión, caos, biodegradación y desestructuración social y ambiental de nuestro país y también de nuestro planeta.

Políticamente somos un desastre y como seres humanos no damos talla alguna de solidaridad y respeto a la dignidad ajena, por tanto, sin respeto consigo mismo, no se llega a buen puerto.

No vale ese manido argumentario de «¿qué vamos a hacer cada cual? si lo deben arreglar los que mandan…», pero ese clip que colocamos en lo que balbuceamos, ni siquiera sujeta nuestras palabras y se convierten en un mal aliento que en nada satisface a nuestro cercano interlocutor.

Hay que hacer más y dejarnos «de gaitas», como bien diría un gallego, y evaluar si lo que hacemos cada día es vida o sólo estar sin ser y deambular sin rumbo.

Los que nos gobiernan deberían encomendarse cada mañana a lo que repitieron sin cesar durante su campaña e implorar ese deseo de “hay que hacer más y corresponder con quienes nos dieron su voto en libertad…”  (tal cual debería ser el pensamiento honesto y austero del que se dedica a la política, para darles o no nuestra confianza y voto).

Llevamos meses sin gobierno, PSOE y UNIDAS PODEMOS, juegan al tute, “tú, tú, tú…eres el responsable”. “Te te doy esto, te te pido lo otro, te te doy la última oportunidad…”., mientras PP, Cs y VOX juegan al cante pop, “no te quieres enterar ye ye, que te quiero de verdad ye ye ye. Y vendrás a pedirme de rodillas un poquito de amor, pero no te lo daré ye ye, porque no te quiero ver ye ye ye… Como se ve un malísimo guión y malísimos protagonistas

Por tanto, pido, en general, más esfuerzo e implicación en todo lo que luego se malgasta con palabras, críticas y gestos contra los que hacen algo más, bien o mal, a sabiendas de que somos los ciudadanos los responsables de cómo lo hagan.

Y en defensa de nuestra riqueza personal poner en alza la máxima de la generosidad y con ello luchar a denuedo contra la envidia, el rencor, la ira y la falsedad. Un buen remedio consiste en no dejar anublarse los sentimientos y considerar que el consumismo lo es todo.  Hay que hacer más que respirar alto y mostrar cierto desdén con quienes tanto desánimo apenas pueden respirar y llegar a fin de mes y arrastran su penuria en total aislamieno.

¡Malo será! Si dejamos seguir este esquema o sainete tan insolidario.