Mientras que yo escribo podéis escuchar esta música que representa la paz que llevo dentro de mi una vez que he dejado el campo de luchas y envidias que invade aquel municipio donde estoy empadronado. Desde la distancia obtengo mejores perspectivas de ese horizonte perdido y un día hallado en mi entera plenitud. Lejano pero cercano, distante pero al ladito como si su aliento me despertara en cada amanecer. Esa Galicia que no perdona ni mata pero hiere en lo más profundo de mi ser. Cuántas cosas realizadas y cuántas cosas olvidadas por parte de quienes se aprovechan de ese continuo esfuerzo puesto por el bien del entorno. Hoy lo tengo como un capítulo importante en el ecuador de mi libro existencial.
Si algún día corrigiera parte de lo que digo o pongo es que ya la razón no me responde y estoy a merced de oscuras energías. Todo lo que he escrito ha sido una experimentación en una prueba de esta web que pronto deseo sea una ventana en la que cada cual se pueda asomar pero al mismo tiempo atender todos los artículos que yo vaya desglosando, artículos que permiten críticas, comentarios y sugerencias. De momento ahí queda esta reflexión privada que acabo de hacer pública.