Una desUnión Europea con parches

Ninguna sociedad logró hasta la fecha frenar ideología alguna con las armas. La única arma con futuro es el asalto a la razón. Los factores que contribuyen a que germine la razón en cada cual es llegar a comprender los porqués de: la pobreza, la desigualdad y en el caso de muchas naciones, tal como sucede ahora por mitad de todo el mundo y en concreto en España con menor rango es la política de identidades.

Existen otras graves desdichas tales como las guerras religiosas fanáticas que están produciendo refugiados, éstos con el objeto de no ser muertos por bombas asesinas huyen de sus países y al final se convierten en carne magra de mafias e indecentes abusos de los que promueven cínicamente acepciones tan nobles como la ética, moral, decencia… pero que no son más que proclamas de individuos sin dignidad alguna, que acarrean y arrastran toda la podredumbre humana convirtiendo este planeta en un depósito de desechos y execrables acciones, lo que hace que pese a los miles de años de innumerables gobiernos en el mundo se vuelva otra vez a épocas de esclavitud y perversidad permitida. Un documental del pasado del que se recupera lo peor del ser humano, con un contagio ahora que se nos hace endémico en tanto que el planeta se va haciendo insostenible para futuras y cercanas generaciones.

Qué hablar de esta Unión Europea?. Una UE que en el caso de los refugiados, por citar un prioritario asunto actual, ha ido poniendo parches y algunos de los cuales como ha sido en el caso de Italia, por citar uno, ha tenido que se reparcheado. Y en cuanto a las sucesivas crisis europeas se añaden más problemas de mayor larga duración, tales como las dificultades que se suceden para compaginar los mercados globales con las democracias nacionales, tan distintas y desiguales, lo que ha provocado agravios comparativos con la zona sur europea, cítesen, Grecia, Italia, Portugal, España..

Quiénes se han aprovechado de esa globalización y cambio de moneda? Considero que aquellos poderes empresariales que ofertando el mismo producto aumentaron su riqueza. Nada más poner algo tan prosaico como lo que costaba en España una caña de cerveza, un café o cualquier otro producto. En menos de una semana, lo que costaba 80 pesetas, al cambio llegó su coste mínimo a 2 euros, es decir 233 pesetas al cambio. Y así podríamos enumerar sucesivamente lo que la globalización y el cambio, incluso, tecnológico ha supuesto y que han llevado a efectos dispares que el neoliberalismo, cada vez más extremo, ha conseguido agravar más.

La falta de conciencia o el desaprendizaje por el que se deslizan los partidos que ostenta hoy el poder permiten una connivencia inadmisible con aquellos proyectos que sólo suscitan mayor división, tal como es el ascenso del nacionalismo o del populismo que van parejos a una creciente erosión del sistema y a una desafección política de la ciudadanía. Con la crisis, digamos saqueo de los poderosos, esas tendencias se han ido y van acentuando. 

Aún así, a fuer de no ser pesimistas, la Unión Europea debe rebobinar y recapacitar, es decir, explicar todo lo que ha pasado y asumirlo, hasta que la autocrítica no ceda sólo a una excusa permanente sino más bien a una regeneración profunda, didáctica y hacia una evolución de personas y de ideas, a fin de afrontar las causas y efectos indeseados a los que se ha llegado con un descontento generalizado popular, tanto en cada una de las naciones como en la propia gestación y política de la Unión Europea.