Y si yo te quisiera en mi espejismo

Y si yo te quisiera en mi espejismo

La melancolía semeja a la nieve blanca que cae gélida y se calienta en nuestras manos, en tanto que la tristeza es el basamento rancio y seco de nuestra dulzura inundada de lava agria.

Aquellos días de intensidad inmediata, aquellas horas de espera retardada. La ilusión puesta en luces de crepúsculo sin amanecer. Dichas surgidas de desventuras u ocasos de dichas sin emerger. Toques en la distancia a lo largo de anocheceres sin tu presencia.

Y luego, deseo infinito de tenerte fundida en abrazos de fuego pasión volcánica de soles que vislumbran desde tus ojos. Besos ávidos de posesión y erupción que vanas realidades arrasan. Cómo olvidar inmensos instantes de reciprocidad y entrega.

Tu desolado y aliado adiós de forcejeos y miedos. Billetes de retornos sin ida y vuelta que chocan en la soledad con sentimientos perpetuos dejan nuestro amor lacerante en un sepulcral silencio.

Almizcle de besos robados y ardientes anhelos. Jazmines de perfumes intensos en los que se ahogó mi sueño. Olivera donde el propio acebuche enturbia la almazara. Y segar el trigo deja calvas abiertas en el olvido.

Acezante corazón que no cesa de imprimir notas de amor a sus latidos, avejentado y sumido en la desesperanza de su destino percibe aún cerca cuando oían los acordes de su palpitar sin escuchar el sentido o lastra del final de su camino

Para pervivir bebí en tu espejismo. Y atraje agua a mis sedientos deseos de ese amor impuro que tu gravaste para ver en silencio una fragante espesura de este infértil desierto. Cobijo final y delirio de mi destierro….

en un efímero sueño