Cataluña 1

¿Pero es tan difícil solventar lo de Cataluña?. Vamos a ver, de modo escueto y sin sainetes.¿por qué ese intercambio de mezclar cromos, unos antes con tricornio y otros conocidos como mossos?

¿Por qué esa manía pueril de dar color a la insidia, cuando en realidad todo el panorama político con Cataluña se descifra en negro?
Una realidad trágica, sainetesca, desenfocada, pero sobre todo pueril y caricaturesca. Un total dislate propio de quienes no saben organizar, mandar, programar. En este contexto Rajoy no estuvo a la altura de un presidente y sí de un novato recién llegado a la política, prometiendo, asegurando, afirmando que no habría votaciones y por tanto no habría lugar a un referéndum.
Todo un discurso púrpura que al final se destiñió, al mezclar cromos de mossos y de guardias civiles. Por supuesto, el álbum no daba para tanto, ni era necesario tanto gremio policial. Con dar una orden severa a la jefatura de los mossos, a fin de que nadie estuviera dentro de ningún colegio electoral, ni tampoco entrasen en el día 1-O, y alertando su cierre para que nadie votase, sin necesidad de llevar a los guardias civiles a Cataluña.
Luego si no se ejecutaba su mandato sería el momento de actuar contra los mossos y aquí paz y en el cielo gloria.
Más de diez mil policías con porras que no sirvieron para que se cumpliese todo lo prometido por Rajoy y que a raíz de lo sucedido sólo ha servido para que los independentistas se proclamen ganadores de nada pero ganadores, habida cuenta que con la fuerza se restringe la razón y sin razón no se emprende nada. Falta de diálogo, falta de acuerdos previos (y ya me refiero a lo que no se hizo desde hace años) y ahora caídos en un abismo donde se ha fragmentado toda la sociedad.
Yo no voy a disculpar a Puigdemont ni a los independentistas porque su forma de actuar y llevar todo este proceso ha sido irregular y nunca consensuado con el Parlament. Pero la actuación de Rajoy ha dejado los cromos manchados de sangre y el álbum incompleto. Ambos, y todos aquellos que secundan a los mismos, deberían ser excluidos de la política nacional y requerir inmediatamente elecciones anticipadas pero sin que ninguno de estos panolis, zoquetes, ceporros, torpes o papanatas puedan presentarse a las elecciones, a fin de que no vuelva a suceder la patochada a la que todos los españoles, e incluyo, por supuesto, a los catalanes, nos hemos visto sometidos.


Vicente Montejano Conejero

Estuario de vida

Un estuario es como la propia vida. Nacemos y nos vamos. El río nace y se funde con el océano, haciendo que el estuario no sea precisamente un lugar de muerte sino de transformación y encuentro con otra nueva vida; dulce con salitre se admiten y crean dos imágenes grandiosas y extensas como los ríos y los océanos. De la Madre Naturaleza todavía poco ha aprendido el ser humano. Admitirse e irradiar bondad, encanto y ternura, así debería ser la réplica de nuestro universo, que sintetiza matemática y química.
FOTO: Vicente Montejano Conejero

 

CONTRA EL FANATISMO

 

Hubo un minuto de silencio en la Plaza del Concello por el atentado perpetrado ayer por los yihadistas en Barcelona. En esta ágora de silencio he recordado el grave daño que muchas veces se infringe a gente inocente que no ha hecho nada punible como para merecer toda manifiesta perversidad sin sentido. Este planeta, sin duda, maravilloso por su inmensa y bellísima naturaleza no obtiene la reciprocidad que debiera tener de los seres humanos. Ni respetamos las nociones básicas de convivencia con todo aquello que se mueve o vive, cítese distintos tipos de flora y fauna, con un máximo caos que se acentúa cuando incluso matamos a cualquier ser humano que se precie como tal, creando miseria y desesperación.

No pretendo eximir responsabilidades que a todos nos toca pero sí pongo un punto de atención a los males que como aberraciones de distinto género nos acompañan desde que tenemos sentido de razón, histórica y desde que propiamente nacemos. Ningún fenómeno proviene por arte de birlibirloque, es decir por sorpresa o por ensalmo y sin causa aparente, pues con un mero seguimiento de actualidades pasadas, presentes y premonitorias, tal vez, podamos subrayar alguna que otra reflexión no dada al pairo sino con mejores certidumbres o incluso acierto, para saber de dónde vienen tantas desgracias y desigualdades.

Se conoce el origen de muchas costumbres o tradiciones, cuando sus autores fueron personajes significativos en la vida cultural o social de una época. Rescatar referentes es tarea árdua porque se hallan normalmente vinculados a experiencias populares, cuasi no religiosas. Pero las religiones de unos u otros sitios, etnias, países, culturas, se han venido desarrollando con un compendio difícil de ir comprendiendo una a una su oblongo pasado y duras y rancias liturgias, imbuidas, cuando no, de prejuicios claros de difícil digestión aunque sí de fácil domesticación por aquellos que se han ido acogiendo a esa ambigüedad que tienen todas las profesiones de fe, esperanza y caridad, llegándose incluso a matar por la religión y sus míticos y heterodoxos gerifaltes que sólo validan sus propias creencias y rechazan las demás. En esa épica de intolerancia subsisten y se elevan las llamadas culturas cultivadas o de jardinero, empleándose tácticas que pasan por distintas estrategias: émica, excluyendo al contrario; mágica, asimilación del otro despojándole de su otredad, e invisibilización del otro para que desaparezca del propio mapa mental, y actualmente por medio de atentados, del mapa físico. Imanes inquisidores con opiniones heteróclitas y confusas que al igual que en su día la jerarquía católica expulsó de su iglesia a los heresiarcas como instigadores de la herejía, hoy reproducen a la inversa esa lógica del fanatismo y la intransigencia

“Educad a los niños y no habrá que castigar a los hombres” (Pitágoras) ¿Cómo enseñar a los hijos el respeto por el contrario, desechar el maltrato, la violencia, la ira, la soberbia y el orgullo mal digerido?. Es posible que el ejemplo sea la mejor enseñanza, poniendo en alza la bondad y la igualdad en derechos y valores, con una cirugía mayor didáctica y receptora que al igual que el sistema heterodino produzca ondas de frecuencia diferente a la de las ondas recibidas y de ese modo obtener por batimiento una frecuencia de dignidad interior fija, a fin de recibir buenas señales de convivencia y entendimiento y con ello, si se puede, salvar en un futuro a todas las especies que existen en este planeta Tierra.

Y si yo te quisiera en mi espejismo

Y si yo te quisiera en mi espejismo

La melancolía semeja a la nieve blanca que cae gélida y se calienta en nuestras manos, en tanto que la tristeza es el basamento rancio y seco de nuestra dulzura inundada de lava agria.

Aquellos días de intensidad inmediata, aquellas horas de espera retardada. La ilusión puesta en luces de crepúsculo sin amanecer. Dichas surgidas de desventuras u ocasos de dichas sin emerger. Toques en la distancia a lo largo de anocheceres sin tu presencia.

Y luego, deseo infinito de tenerte fundida en abrazos de fuego pasión volcánica de soles que vislumbran desde tus ojos. Besos ávidos de posesión y erupción que vanas realidades arrasan. Cómo olvidar inmensos instantes de reciprocidad y entrega.

Tu desolado y aliado adiós de forcejeos y miedos. Billetes de retornos sin ida y vuelta que chocan en la soledad con sentimientos perpetuos dejan nuestro amor lacerante en un sepulcral silencio.

Almizcle de besos robados y ardientes anhelos. Jazmines de perfumes intensos en los que se ahogó mi sueño. Olivera donde el propio acebuche enturbia la almazara. Y segar el trigo deja calvas abiertas en el olvido.

Acezante corazón que no cesa de imprimir notas de amor a sus latidos, avejentado y sumido en la desesperanza de su destino percibe aún cerca cuando oían los acordes de su palpitar sin escuchar el sentido o lastra del final de su camino

Para pervivir bebí en tu espejismo. Y atraje agua a mis sedientos deseos de ese amor impuro que tu gravaste para ver en silencio una fragante espesura de este infértil desierto. Cobijo final y delirio de mi destierro….

en un efímero sueño

Una desUnión Europea con parches

Ninguna sociedad logró hasta la fecha frenar ideología alguna con las armas. La única arma con futuro es el asalto a la razón. Los factores que contribuyen a que germine la razón en cada cual es llegar a comprender los porqués de: la pobreza, la desigualdad y en el caso de muchas naciones, tal como sucede ahora por mitad de todo el mundo y en concreto en España con menor rango es la política de identidades.

Existen otras graves desdichas tales como las guerras religiosas fanáticas que están produciendo refugiados, éstos con el objeto de no ser muertos por bombas asesinas huyen de sus países y al final se convierten en carne magra de mafias e indecentes abusos de los que promueven cínicamente acepciones tan nobles como la ética, moral, decencia… pero que no son más que proclamas de individuos sin dignidad alguna, que acarrean y arrastran toda la podredumbre humana convirtiendo este planeta en un depósito de desechos y execrables acciones, lo que hace que pese a los miles de años de innumerables gobiernos en el mundo se vuelva otra vez a épocas de esclavitud y perversidad permitida. Un documental del pasado del que se recupera lo peor del ser humano, con un contagio ahora que se nos hace endémico en tanto que el planeta se va haciendo insostenible para futuras y cercanas generaciones.

Qué hablar de esta Unión Europea?. Una UE que en el caso de los refugiados, por citar un prioritario asunto actual, ha ido poniendo parches y algunos de los cuales como ha sido en el caso de Italia, por citar uno, ha tenido que se reparcheado. Y en cuanto a las sucesivas crisis europeas se añaden más problemas de mayor larga duración, tales como las dificultades que se suceden para compaginar los mercados globales con las democracias nacionales, tan distintas y desiguales, lo que ha provocado agravios comparativos con la zona sur europea, cítesen, Grecia, Italia, Portugal, España..

Quiénes se han aprovechado de esa globalización y cambio de moneda? Considero que aquellos poderes empresariales que ofertando el mismo producto aumentaron su riqueza. Nada más poner algo tan prosaico como lo que costaba en España una caña de cerveza, un café o cualquier otro producto. En menos de una semana, lo que costaba 80 pesetas, al cambio llegó su coste mínimo a 2 euros, es decir 233 pesetas al cambio. Y así podríamos enumerar sucesivamente lo que la globalización y el cambio, incluso, tecnológico ha supuesto y que han llevado a efectos dispares que el neoliberalismo, cada vez más extremo, ha conseguido agravar más.

La falta de conciencia o el desaprendizaje por el que se deslizan los partidos que ostenta hoy el poder permiten una connivencia inadmisible con aquellos proyectos que sólo suscitan mayor división, tal como es el ascenso del nacionalismo o del populismo que van parejos a una creciente erosión del sistema y a una desafección política de la ciudadanía. Con la crisis, digamos saqueo de los poderosos, esas tendencias se han ido y van acentuando. 

Aún así, a fuer de no ser pesimistas, la Unión Europea debe rebobinar y recapacitar, es decir, explicar todo lo que ha pasado y asumirlo, hasta que la autocrítica no ceda sólo a una excusa permanente sino más bien a una regeneración profunda, didáctica y hacia una evolución de personas y de ideas, a fin de afrontar las causas y efectos indeseados a los que se ha llegado con un descontento generalizado popular, tanto en cada una de las naciones como en la propia gestación y política de la Unión Europea.

OIGO MIENTRAS ESCRIBO EN UNA PRUEBA MÁS

Mientras que yo escribo podéis escuchar esta música que representa la paz que llevo dentro de mi una vez que he dejado el campo de luchas y envidias que invade aquel municipio donde estoy empadronado. Desde la distancia obtengo mejores perspectivas de ese horizonte perdido y un día hallado en mi entera plenitud. Lejano pero cercano, distante pero al ladito como si su aliento me despertara en cada amanecer. Esa Galicia que no perdona ni mata pero hiere en lo más profundo de mi ser. Cuántas cosas realizadas y cuántas cosas olvidadas por parte de quienes se aprovechan de ese continuo esfuerzo puesto por el bien del entorno. Hoy lo tengo como un capítulo importante en el ecuador de mi libro existencial.

Si algún día corrigiera parte de lo que digo o pongo es que ya la razón no me responde y estoy a merced de oscuras energías. Todo lo que he escrito ha sido una experimentación en una prueba de esta web que pronto deseo sea una ventana en la que cada cual se pueda asomar pero al mismo tiempo atender todos los artículos que yo vaya desglosando, artículos que permiten críticas, comentarios y sugerencias. De momento ahí queda esta reflexión privada que acabo de hacer pública.

EL FANATISMO LLEGA DEL TEMOR Y LA DESIGUALDAD

EL FANATISMO LO DA EL TEMOR Y LA DESIGUALDAD

El fanatismo suele nacer de un cierto inconformismo de hoy en día, donde muchos tienen poco o poquísimo y poquísimos o pocos tienen muchísimo.
Una forma de curar tal desigualdad es con la razón, quitando ese compuesto emotivo y de temor que nos lleva a ello. Considero que el extremo de la decepción conlleva decisiones cuando no fanáticas, sí suicidas en todo caso.
En algunas ocasiones la razón se muestra ausente y muchos seres humanos no son más que piezas desconsoladas que no alcanzan recompensa alguna a lo largo de largas etapas de su vida. Un neurotransmisor tal como es la dopamina hace que algunos logren esa recompensa, tal cual es una puntual estabilidad emocional, bien leyendo un libro o visionando una buena película o museo de arte, mientras otros recurren en hacer «puenting». Todo ello a nivel biológico.

Pero la vida que son distintos capítulos por escribir y por leer en cada persona no es igual para todos. Y tal como nos vaya en la vida surgen problemas con solución y otros sin solución y estos últimos conforman la realidad de nuestros días.
Desde un principio las religiones y sus prebostes lo tienen claro al comprobar que la muerte nos da miedo y de ahí ha surgido lo de la vida eterna, como un puro bálsamo tranquilizante para aquellos que no obtienen recompensa adecuada a lo que buscan. Tal cual suele surgir el fanatismo, ante una existencia sin emociones y sin trueques que den un giro a su efímera vida, y de ahí ese deseo de comportamientos extremos y de fanatismo que se dan en las religiones y, por poner otro ejemplo desigual, en un partido de fútbol.

A tenor de lo expresado, muchas veces somos fanáticos para evitar algo que nos da miedo llegando en algunos casos a un plano patológico. De ese extremo de decepción o de temor la única salida se aferra a una idea y de ahí se pueda entender, aún sin compartirlo de ningún modo, que haya grupos violentos en Siria, Irak, Líbano, Yemen.. que meramente se unen formando un colectivo de fanáticos que bien matan por fe, dinero, mujeres u otros deseos de búsqueda de placer y de logros de recompensas que no les llega si siguen determinadas pautas de conductas normales.

En un mundo donde la complejidad política, social y cultural crece ante la ausencia de instituciones decentes que garanticen una justicia igual para todos y proteja a los indefensos se dan las condiciones adecuadas para que decrezca la ética y se enraícen la corrupción, la miseria, la desigualdad y de facto el fanatismo más radical.                                                                                                                          

Esa merma de valores humanos sirve de cultivo donde emergen propuestas de autodefensa, autocontrol y de fronteras que de hecho son pautas lineales que no enriquecen el diálogo, la crítica y el contraste dialéctico y sí producen parapetos vagos para defenderse de los contextos desoídos y sin autocrítica o un mero análisis rechazados. De hecho, surgen personas que centran su verdad en sí mismo, excluyendo todos sus contextos y marcando una línea dogmática desde la que eliminan todo lo que se les opone, lo cual indica un fanatismo patológico que requiere soluciones psiquiátricas.                                                                                                                                                

Este vacío cultural, propio del neoliberalismo consumista más radical, ha producido esta enfermedad global de grupos como un virus visceral que interpreta ese odio a otros, de exterminio de una cultura ajena a la que hay que erradicar y eliminar, haciendo que la superioridad racial se autolegitime y sea un medio que justifique sus conflictos como exclusiva finalidad.                                                                                                                                          

El nuevo ascenso de los totalitarismos a imagen de lo ocurrido en Europa en el siglo pasado se debe a que se esté asistiendo a una caída de hegemonías políticas, siendo estas sustituidas por lobbys financieros o grandes corporaciones que gobiernan el planeta y deciden sus estrategias, tal como es el foro Bilderberg con unas 130 personas más influyentes del mundo.      Así hemos llegado a que se materialice una desafección política en gran parte del planeta, ante un déficit abrumador de políticos que vivan por eso que dicen y proclaman cuando son incipientes en su gestión, que una vez luego se transforma y queda en nada, es decir, sin mediación política alguna.                                                                                                               

Antiguos dictadores, por citar como Hitler, ya no son necesarios en estos tiempos porque todo se controla mediante un nuevo modelo laboral de nueva esclavitud y en defensa de los intereses de las nuevas corporaciones, sin citar a ninguna pero todos sabemos el nombre de ciertas entidades pues dominan distintos e importantes sectores productivos industriales.                                                                                             En ese lecho de conflictos y exclusión se practican medidas antidemocráticas al límite de los derechos humanos, que permiten con total impunidad invasiones y bombardeos de países pobres y subdesarrollados en una maquinaria de terror y sin control que nos lleva a un futuro impredecible de desastre y crispación social del que no sabemos el desarrollo o el deterioro final del ser humano en sí y del planeta en que habita.